"Familia Albertiana" es un movimiento nuevo que desea compartir el carisma y la espiritualidad con los laicos

Entrevista al obispo de Solsona Javier Novell, que nos acompañó en el Encuentro de Guadarrama

¿Qué me dice la novedad de vida que nos trae Cristo Resucitado?

¡No es tiempo de callar,
es tiempo de hablar!

"Quiero permanecer con Cristo resucitado viviendo con él una nueva vida..." (M. Alberta)


¡Resucitó
de veras

mi amor y mi esperanza!



Amenzados de Resurreción...
¡EL CAMINO HACIA LA LUZ DE PASCUA! (clicar)



VIO LA LUZ
Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida
vio que el dolor precipitó la huída
y entendió que la muerte ya no estaba.
Morir sólo es morir. Morir se acaba.
morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.
Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver el Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;
tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura.
(José Luis Martín Descalzo
)




MFA-Palma propone una cadena de oración la semana anterior al 23 de abril, fecha en que Alberta Giménez entró en la Pureza.
¡Procuremos secundar esta estupenda iniciativa! (Clicar encima de la imagen)
Leer más.

UN CAMINO DE CONVERSIÓN
La cuaresma nos plantea a todos el valor sincero y leal de examinar la manera de ser, de ver dónde nos encontramos, lo que queremos, lo que entendemos como vida cristiana. Se trata de un camino de conversión que conoce quien lo recorre, “Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). Convertirse a Dios, entrar en lo profundo de uno mismo, pues vivimos a menudo amarrados por las actividades, la dispersión y las prisas. De ahí que el gesto de marcar la frente con la ceniza nos recuerda la debilidad y la necesidad de convertirnos para acoger a Jesucristo y la belleza de su Evangelio con un corazón renovado. ¿Queremos que cambie el rumbo de nuestra vida? ¿Queremos que se transformen nuestra mente y nuestro corazón? ¿Queremos que nuestra vida gire en torno a Dios, a quien reconocemos como el centro y meta de nuestra existencia, y en torno a nosotros mismos con actitudes egoístas a las que sometemos a las personas y las cosas que nos rodean, es decir, al pecado en sí mismo?
¡A MOJARSE!